Cueva negra. Oigo las letras aquellas que firmé con una luna sin ti. Tú, la de la casa encantada la roja. La de las manos secretas. Vienes. Y oigo que dialogan con el azul de tu baile en ópera y flamenco.
Debo romper con esa inercia con ese sueño de tenerte en palabras. Debo romper con ese trapo rojo que avecina naufragios. Debo en otra parte encontrarte como un ancestro que soplará la herida. Así de una vez por todas acabaré con la inercia de ese sueño.
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